lunes, 24 de septiembre de 2012

Cacerolas y otras yerbas.

El paisaje político continúa dominado por los ecos de las cacerolas del jueves 13 de septiembre.
Causó impresión la violencia verbal que expresaron los manifestantes.
¿Por qué no hubo condena a las barbaridades vistas y escuchadas, por parte de aquellos que puedan haberse exteriorizado con espíritu democrático?
¿Nadie se indignó frente a cánticos y consignas repugnantes?
No hubo reprobaciones entre los portavoces mediáticos ni en la oposición. Los editorialistas de la prensa, oral y escrita, simplemente se dedicaron a insistir con la solicitud de que Cristina escuche el reclamo “popular”.
¿Qué es lo que tiene que escuchar?
¿Que se vaya con Néstor?
¿Que es una chorra?
No serviría para que dejen de bardear con la yegua, la chorra, la corrupción.
Pero salir a la calle quedaría “circunscripto” a eso; a que no hay conferencias de prensa presidenciales; a que no se quiere más entradas en cadena; “a la inseguridad y había otra cosa más que no me acuerdo”, como dijo una manifestante en un testimonio para la historia.
Saldrán igual, lo pueden hacer y de hecho lo harán.
Pero será para la antología del ridículo.

Fuente

1 comentario:

Luis Quijote dijo...

Adhiero. Hay que estar alertas.
Hay clima destituyente.
¡¡NI UN PASO ATRÁS!!