Junto a un grupo de colegas de variadas profesiones desligadas absolutamente de la medicina, y siguiendo el efectivo ejemplo del “doctor” Ariel Umpierrez, “presidente” de Médicos sin banderas, acabamos de iniciar ante la Inspección General de Justicia los trámites fundacionales de la asociación Médicos sin barbijo, dedicada a la psico-prevención sanitaria en la ciudad de Buenos Aires.
Luego de realizar un minucioso trabajo de campo, los Médicos sin barbijo estamos en condiciones de atender a la prensa, ya sea personalmente y sin miedo al contagio o por vía telefónica, como corresponde, con un pañuelo sobre el micrófono del aparato.
Nuestro primer informe de situación tiene como objetivo advertir a la población y a las autoridades correspondientes, que efectivamente, tal como se venía especulando, el virus de la Influenza A H1N1, también conocida como gripe porcina, ha mutado. Por un lado, mantiene sus efectos propios de cualquier gripe, pero por otro, ha degenerado en una afección sicológica que nuestros conocimientos nos permiten bautizar como Psicosis porcina.
Esta psicopatía virósica es fácilmente detectable y afecta mayormente a personas de edad avanzada. Así, por ejemplo, cualquiera que caminando por Av. Santa Fe observe a alguien portando un barbijo, debe saber que está ante un caso de Psicosis porcina.
Las autoridades, en los últimos días, han dado instrucciones precisas: el uso de barbijos sólo es recomendable para personas enfermas. Los sanos que lo utilicen, en realidad ponen en riesgo su salud. Por otra parte, las mismas autoridades han indicado que quienes presenten síntomas de influenza A H1N1, deben permanecer aislados en sus domicilios y desde allí, solicitar atención médica.
La Psicosis porcina, en cambio, tiene como síntoma el uso de barbijo en lugares públicos por parte de personas no afectadas por la Influenza en cualquiera de sus variantes.
Otro ejemplo lo pudimos constatar en la sede de la obra social del Sindicato de Empleadas Domésticas, ubicado en la calle Charcas 2745, donde se ha producido el primer caso de “cuarentena por Psicosis porcina”.
Allí, las empleadas domésticas, verdaderas dueñas de la sede de su obra social, tienen prohibida la entrada al edificio. Sus consultas, aún en días de lluvia, son evacuadas a través de unaú puerta-reja, por una empleada “protegida” por su correspondiente barbijo. Junto a esta empleada sintomática, para evitar violaciones a la cuarentena, se ubica estratégicamente un suboficial de la Policía Federal.
Estas comprobaciones nos llevan a poner en alerta a la población.
El virus de la Psicosis porcina es transmisible, no ya por medio de las microgotas de Flugge, sino simplemente por contacto visual o por vía auditiva:
- Para el primer caso, se recomienda el uso de anteojos muy oscuros.
- Para el segundo, evite las radios AM y FM que no emitan más que música.
- Evite los canales de televisión cuya programación no se limite a viejos enlatados (recomendamos Volver, HBO, AXN, Fashion TV, etc.).
- Evite viajar en transportes cuyos conductores exhiban carteles prohibiendo que se les dirija la palabra mirándolos de frente.
- Evite a personas de todas las edades que se tapen el rostro con bufandas (ojo, no confundir con piqueteros), puede tratarse de sicóticos alérgicos al barbijo.
- Evite a familiares y amistades cercanas que al encontrarlo le tiendan la mano y lleven levemente hacia atrás el torso.
Siguiendo estas breves recomendaciones, usted no necesitará someterse a cualquier otra forma de cuarentena y podrá considerarse vacunado contra el virus mutado de la Psicosis porcina, del que no se salvan ni los medios:
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