sábado, 13 de junio de 2009

No sabe a quién votar

Mi amiga Liliana no sabe a quién votar

—¡Hóoolaaa! —mi amiga Liliana siempre contesta así, no se sabe si es que está muy ocupada o —lo que no sería raro— simplemente “con los cables cruzados”.
—¿Qué tal, Lily?
—Ah… sos vos…
—Sí, ¿cómo estás?
—Harta. ¡Harta, estoy!
—¿De?
—Y, de todo lo que está pasando, ¿no te parece que es para estar hartos?
—No sé a qué te referís exactamente…
—Y, a lo que está haciendo el Gobierno, ¿qué va a ser? ¿Dónde vivís, vos, en la luna, no ves lo que pasa?
—Sigo sin saber a qué te…
—¿Pero estás pelotudo? ¿No ves lo que hace el Gobierno, con el campo, con la plata de los jubilados, con Techint…?
—Ah… Debí imaginar…
—Y con todo… Decime, ¿a vos te parece, ese mamarracho de las candidaturas “testimoniales”?
—No sé si sea un “mamarracho”, pero si es legal…
—¿Cómo va a ser legal?
—Bueno, la Justicia…
—¿Me estás cargando? ¿No ves que los jueces hacen lo que les dice Kirchner?
—Y… no me consta…
—¿Cómo que no te consta? El otro día lo vi a ese constitucionalista, que no sé cómo se llama…
—¿Sabsay, ése que parece “de planta” de los canales?
—Puede ser… Dijo que es anticonstitucional.
—Ése siempre dice que todo lo que hace el Gobierno es anticonstitucional.
—¡Entonces debe ser! ¿No te parece?
—Y, no necesariamente… hay otros “constitucionalistas”… Creo que lo que dice la Constitución es que no se puede ejercer dos cargos simultáneamente.
—¿Y no es lo mismo? ¿Cómo se pueden presentar de candidatos a cargos que no pueden ejercer? —Pueden renunciar a uno o no asumir el otro…
—¿Y eso te parece bien?
—Ni bien ni mal… Lo que a mí realmente me jode son los que sí asumen y luego no trabajan. Cobran, pero ni van a las sesiones…
—¡Pero esto de las testimoniales es engañar a la gente!
—No, ¿cómo va a ser “engañar”, si lo están diciendo?
—¡Es un mamarracho! ¡Y yo estoy podrida!
Se hace silencio, se ve que está pensando…
—Mirá, yo voté a Cristina, pero ahora me da asco. ¡Asco, me da!
—¿Asco?…
—¡Asco! ¡Asco! —grita tanto que la deben estar oyendo los vecinos—.
—Pero… ¿Por qué?
—¡Qué se yo! Por todo, la arrogancia, la soberbia…
—¿Cuál arrogancia, cuál soberbia?
—Vos me estás cargando… ¿No la has escuchado, cómo habla?
—Sí. La he escuchado decir “les pido humildemente”, y repetir, “humildemente, les pido”…
—Yo también, ¡y eran mentiras!
—¿Mentiras?
—Claro, ¿cuándo llamó a dialogar a los chacareros?
—”Chacareros”, te referís a esos “pobres” que sólo tienen ochocientas, mil, dos mil hectáreas, supongo… Esos que por “dialogar” entienden que les tienen que decir que sí, y cuando les dicen que sí exigen más…
—No me hables mal de los chacareros, que yo los quiero mucho. Mi abuelito, que vino de Italia, fue chacarero…
—¿Y cuántas hectáreas tenía?
—¡Qué sé yo! Yo no había nacido. ¿Pero a vos te parece, que le roben sus ganancias al que tiene unas vaquitas, una granja de pollos? ¡El campo nos da de comer!
—Lo que se está “comiendo” pollos y vaquitas es la soja, pero dejame que te diga: Mis padres tuvieron una granja de pollos. Y yo sí había nacido, estaba en el secundario. Y eran seis hectáreas. Y les sobraba más de la mitad, a pesar de que los galpones para el criadero eran enormes. Y era un NEGOCIO, no una filial de la congregación de la Madre Teresa…
—Eso eran otros tiempos, pero ahora el campo está muy mal… —afirma convencida, con voz lúgubre y apocalíptica.
—¿Y vos cómo sabés, si hace cuarenta años que no salís de Villa Urquiza? ¿Le creés a Carrió?
—¡Si lo dicen TODOS!
—Yo lo escuché a Biolcati, en pleno conflicto, admitir que nunca habían estado mejor que con el gobierno de Kirchner. Pero aún así paraban y cortaban rutas…
—¿Y ése quién es?
—El Presidente de la Sociedad Rural.
—Ah, ése de pelo blanco, tan agradable, distinguido, ¡Ése es un señor!
—No, ése es Miguens, que era el presidente el año pasado. Biolcati era el vice, entonces.
—Bueno, habrás escuchado mal.
—Lo tengo grabado en video. También dice que dos mil hectáreas “no es gran cosa”… Supongo que él —que debe tener más— también será un “mediano o pequeño”. ¡”Pequeños y medianos MILLONARIOS”!
—Bueno, ¿y vos a quién vas a votar?
—Yo a Heller, claro.
—¿Heller? ¿Quién es, de dónde salió?
—Qué macana, que con la excusa de andar mal de la vista no leas ni los diarios, no te enterás de nada.
—¡Pero tengo Direct-TV!
—Ah… bueno… así sí, estás “bien informada”…
—No seas boludo, en serio, ¿quién es ese Heller?
—Representa al kirchnerismo en Capital.
—El peronismo nunca va a ganar en Capital.
—Puede ser. Pero Heller no es peronista. “Representa”, dije.
—¡Bueno, ¿pero entonces quién es, de dónde viene?
—Independiente, del cooperativismo de izquierda, y apoya a los K. En 2007 estaba con Filmus e Ibarra…
—¡No me hables de ese pelotudo! ¿viste el papelón que hizo en ese programa de… de…
—Malnatti. Pero no me parece muy relevante. Lo que me jode de Ibarra son otras cosas…
—A mí también. No le perdono que cuando Cromañón no se haya presentado en el lugar…
—Estás mal? ¿A qué querías que se presentara, a provocar más caos y distraer a la cana que lo iba a tener que proteger? Hizo lo previsto por Defensa Civil, acudir al centro de comando donde tienen las comunicaciones para dirigir el operativo en caso de catástrofe…
—Y fue una cagada, el operativo. ¡Un desastre!
—¿Te parece? Si de cuatro mil murieron menos de doscientos, quiere decir que de repente tuvieron que atender a unos tres mil ochocientos, que se salvaron…
—Cambiemos de tema, a ese pelotudo también lo voté pero no lo voto nunca más.
—Bueno, al menos estás enterada de que también es candidato…
—No, no sabía, ¿candidato a qué?
—A diputado nacional. Esta vez, opositor a Kirchner.
—¿Y quién más hay?
—Hm… por Capital están Pino, Zamora, Michetti…
—Ésa tampoco me gusta demasiado, porque es de Macri, pero hay que reconocer que ha hecho un gran trabajo…
—Si la única obligación que tiene es presidir las sesiones en la Legislatura, y no va nunca…
—Quiero decir cuando era legisladora.
—Aparte de la destitución, ¿qué hizo?
—¿Y la gorda esta vez no se presenta? —Liliana es maestra saliéndose por la tangente cuando no puede contestar—.
—Sí, con Prat Gay, que lo puso ella.
—Yo nunca votaría a un gay, a mí que me disculpen, no tengo nada en contra de ellos, pero…
—Lily…
—porque mirá, dejame que te diga, yo conozco a varios, en persona, tengo amigos de hace años, pero por eso mismo…
—Lily…
—… te digo que tienen problemas, no son normales… ¿a vos te parece que se le puede dar una responsabilidad institucional a alguien que…
—¡Lily, por favor, lo de Gay es apellido, no dije que sea “un gay”! —esta vez soy yo quien interrumpe, porque si no…
—Bueno, no importa porque igual tampoco sé quién es.
—¿Y cómo vas a hacer para votar?
—Qué se yo, yo creo que esta vez ni voto…

Lo malo (¿o lo bueno?) es que mi amiga Liliana es real, de carne y hueso, y se considera “progresista”. Aún tiene tiempo de pensar un poco… Un voto es un voto, la volveré a llamar.

1 comentario:

Santi Monse dijo...

Abundan estos casos. El pensamiento crítico ha sido suprimido y la repetición de frases hechas provenientes del poder mediático ha tomado su lugar.