domingo, 28 de junio de 2009

LO QUE ELEGIMOS HOY NO ES UN YOGUR, NOTA DE SANTIAGO VARELA EN CONTRATAPA DE MIRADAS AL SUR



“Lo que elegimos hoy no es un yogur”
27-06-2009 / los viejos cuadros políticos que elaboraban las plataformas electorales fueron reemplazados por publicistas que venden a los candidatos como un producto más del mercado
por santiago varela
Humorista y periodista

Como no hay plazo que no se cumpla ni tiempo que no se venza... (¡chan, chan!) llegamos al 28 de junio. Aunque no podamos decir que hemos llegado chiche bombón, porque después de varios meses de bombardeo mediático, tiroteos propagandísticos y puñaladas arteras de algunos candidatos, muchos ciudadanos nos encontramos como los sobrevivientes de Sarajevo, pidiendo a los gritos que dejen de tirar.
–Lo que pasa –afirma un opinólogo profesional que ya lleva 96 horas ininterrumpidas saliendo por radio y televisión– es que en esta elección la mayoría de los candidatos, en vez de presentar propuestas, se han dedicado a señalar que sus adversarios mienten. O sea que la información que la gente recibe es que todos mienten, lo cual también es mentiroso. Desde la más pura lógica, si todos dicen que todos mienten, alguien miente... Y esto te lima la capocha, te hace explotar la cabeza. ¿Me explico?
–No –respondí.
–No importa, comprender las cuestiones filosóficas lleva un tiempo.
–A ver si entiendo –intervino un publicista que estaba repartiendo fotos autografiadas de un candidato–, ¿lo que vos querés decir es que la gente, antes de poner la boleta, debería pensar qué le están diciendo, en lugar de guiarse únicamente por la sensación que le produce el spot televisivo?
–Algo así... –contestó el opinólogo.
–Mirá, vos estás más loco que un canguro con patas de rana –dijo el publicista; nos regaló a todos un poster con un emoticón sonriente que decía: “Vote sonrisa”, y se las tomó.
Evidentemente hay cosas que han cambiado. Después del éxito de ventas de los yogures que combaten el tránsito lento, alguien pensó que los políticos también podían ser vendidos como yogures, o ser transformados en alguien tan omnipresente y deseable como Mr. Músculo. Seguramente también pensaron que lo importante no es el compromiso del votante con una idea –cualquier idea, por más chiquita que fuera– sino que lo único importante y deseable del ciudadano es que compre al candidato en oferta.
Sin embargo, lo que elegimos hoy no es un yogur o un detergente que se usa y luego se tira el envase. No. Lo que elegimos este domingo tiene que durar cuatro largos años. Eso llevaría a pensar –siempre pensar– que no sirve votar yogur, porque no dura, tienen fecha de vencimiento, se pudre. Y si hay algo que la TV no vende son cosas durables; al contrario, cuanto menos dure y más se consuma, mejor, total después inventamos otro. La cosecha de tipos y tipas, que creen que con un poco de maquillaje, un slogan y mucha guita para invertir en publicidad, alcanza, nunca se agota.
Los memoriosos deben recordar las épocas en que había “plataformas electorales” que eran una especie de compromiso escrito sobre lo que se proponían hacer. Además de estas plataformas, existían también esas cosas llamadas “partidos políticos” que tenían “cuadros políticos” que trabajaban pensando esas plataformas. Hoy lo único que se ven, mayoritariamente, son políticos sin partido, sin plataformas, sin cuadros, sin vaso, sin agua... Por eso los tipos/tipas se juntan y se desjuntan, con las únicas herramientas que saben usar: la rosca, la tranza y la runfla.
Simultáneamente los cuadros políticos han sido reemplazados por los equipos de campaña, formados por profesionales del marketing, contratados para vender, a precio de liquidación, la imagen del candidato. Lo curioso de estos grupos de gurkas de la comunicación es que ni siquiera necesitan compartir la ideología del candidato –en el caso de que éste supiera y fuera consciente de cuál es su ideología– porque como son profesionales lo toman como un laburo bien pago y que les permitirá, en las próximas elecciones, formar parte del equipo de cualquier otro candidato. Esto de pensar que la gente vota por el packaging se basa en años de experiencia vendiendo cigarrillos que revientan los pulmones, comida chatarra que destroza el hígado y planes de pagos que hacen repelota el bolsillo.
Una imagen vale más que mil palabras y obliga a que un candidato deba pasar horas en la peluquería, en la sala de maquillaje y en la cama solar. En nuestro país cualquiera podría ser candidato. Se puede ser abogado o tener solamente la primaria, se puede ser pobre o rico (rico ayuda un poco más...), blanco o negro, cura o colchonero, rey de bastos o polizón... pero si el candidato no da bien en cámara o tiene un grano en la nariz, chau, fue, que pase el que sigue.
Como la imagen lo es todo, cuanto menos hable mejor y los del comité de campaña, agradecidos. Sobre todo porque nunca falta algún turro con buena memoria, buen archivo y ganas de joder, que demuestre que el candidato, hace un tiempo, jurando sobre las cenizas de sus ancestros, dijo lo opuesto a lo que está diciendo ahora.
Pero hoy domingo, por fin, todas estas giladas se terminan. Hoy usted podrá tener su propio y personal orgasmo en el momento de meter el voto en la urna. Hoy el candidato, cualquiera fuese, saldrá con el sobre en la mano y ante decenas de chasiretes y micrófonos dirá frases tales como: “Una vez más, la voluntad popular se ha dado cita para proclamar la iridiscente y arniflua trofa que filtrecaba la excelsa y remudiana groma... chim, pum”
Luego, a la noche, en los bunkers (otra palabra inventada para uso exclusivo de los medios), varios de los candidatos dirán que han ganado, mientras los que hayan perdido se quejarán de alguna cosa, hablarán de fraude o se esconderán detrás de un sanguchito de miga afirmando que lo importante es competir.
También los candidatos sentirán algún alivio. Recordemos que ellos han caminado kilómetros por barrios que jamás hubieran soñado pisar, que han besado a nenitos con la cara llena de moquitos, que la permanente sonrisa que lucen los ha dejado al borde de la parálisis facial y que debían estar despiertos y lúcidos desde los programas de la 7 de la mañana hasta los de las 11 de la noche.
Sin embargo, la campaña produce adicción y puede suceder algo peor: que les brote el Síndrome de Abstinencia Electoral. Que a partir del lunes nadie los llame, que ninguna cámara los siga, y ver cómo tapan sus caras en los carteles con publicidad de calefones, puede ser catastrófico. Cuidado, la adrenalina, las autógrafos y las fotos en los medios son un viaje de ida.
Y nosotros también tendremos nuestro propio shock, porque esta noche, cuando pensemos que finalmente el bombardeo ha concluido, cuando creamos que por un tiempo podremos descansar, descubriremos, con espanto, que en realidad con el último voto escrutado de hoy… ¡¡está comenzando la campaña para el 2011!!
Como decía mi viejo, “vuelta la burra al trigo”.

2 comentarios:

Enrique Pazo dijo...

Comenzó el Golpe de Estado en Argentina.

Otros métodos.
Las mismas corporaciones.

Anónimo dijo...

Decí "alpiste"..... ¡Perdiste!.