Inseguridad

La presente entrada se refiere al conflicto del que hoy se debate con especial énfasis y nos ha llevado a tener que escuchar los resabios, que aun se mantenían vivos en la oscuridad de la normalidad, de las viejas y reaccionarias ideas que caracterizaron el sentido común en nuestro país como en el resto del continente. Me refiero a la inseguridad, y las diferentes reacciones que ha suscitado el tema en la población tras el avance propagandístico de los medios, que parecen relatar el auge de una guerra civil.

Quiero aclarar aquí de un modo abusivamente sintético que esta inseguridad no es sino el fruto de una tarea sistemática de las clases adineradas y poseedoras del poder históricamente.

Pues nuestro país en particular ha venido disgregándose socialmente por programas del estado que tenían ese objetivo mas o menos oculto desde los ´70 menguando un poco en los ´80 y profundizándose en los ´90.

Así sucedió que mientras esta exclusión, (Que no es ejército obrero de reserva, pues es gente excluida, con todo lo que implica tal cosa) favorecía a los grandes capitales y les procuraba una mayor seguridad en sus puestos sociales, las masas segregadas se aglomeraban en chozas en los baldíos de todas las ciudades argentinas.

Pero paradójicamente los señores pretendían que tales personas soportaran su hambre y la humillación racista, silenciosa y tímidamente. Pero la realidad es distinta, de modo que si vivo en un barrio de la alta alcurnia, rodeado de miles de personas a las cuales yo contribuí a excluir y que además las desprecio cada día, sucederá que estos negros de m… como se les dice a los indigentes en aquellas capas sociales, no pueden tener otra cosa que un resentimiento visceral contra toda la sociedad. Y cuando digo toda, digo toda, pues a ellos nadie se dirige de otro modo que con desprecio, y no hay para ellos más que rechazo y mas rechazo.

El estado encima en toda esta época desde los ´70 no ha hecho mas que querer “calmar a la fiera” con bolsones de alimentos y planes asistencialistas de hambre que nada solucionan sino mas bien lo contrario, y si se hiciera lo contrario, los mismos que se quejan no permitirían ningún cambio. Pruebas de esto sobran.